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Muy pocos suelen tomar en cuenta su historia, su pasado. Y quién se desliza sobre ella, es el propio sujeto; a la vez su historia es la que va marcando su camino y su propia vida. No es fácil entender el mundo del psicoanálisis.

Karen Susana Munckel Alcázar 20 de junio de 2020

 

Muy pocos suelen tomar en cuenta su historia, su pasado. Y quién se desliza sobre ella, es el propio sujeto; a la vez su historia es la que va marcando su camino y su propia  vida.

No es fácil entender el mundo del psicoanálisis. Uno tiene que  ser parte de él y estar dentro como un analizante. Allí, uno encuentra un  espacio donde es escuchado,   comprendido y aceptado. Por medio de tan solo una palabra, irá reestructurando a un YO desintegrado, para que así el sujeto, poco a poco, logre sobreponerse a fantasmas del pasado y sobrelleve una vida sin miedos ni angustias. 

 

Si al analizante lo integran a un grupo de estudio con enfoque psicoanalítico, él, ya como estudiante, comenzará a conocer y a estudiar la formación que implica el desarrollo del psicoanálisis y, de alguna u otra manera, empezará a ver las cosas que antes lo angustiaban de forma objetiva.  Esta transición es dura y compleja, ya que el sujeto se encuentra en una constante lucha    interna, en procesos de duelo y melancolía, trabajando ideas, cerrando etapas y terminando ciclos que    alguna vez lo atormentaron. 

Hay momentos en la vida del sujeto que son inesperados, espacios en que ningún otro quiere sobreponerse sobre uno mismo; más bien es  la vida quien se los da: un momento de pausa, un stop y un vivir en cuarentena. 

Etapa justa y precisa donde uno puede poner sobre la mesa todo lo que le ha tocado vivir y prácticar lo que ha aprendido en su acercamiento al psicoanálisis. 

“Vivir en cuarentena” es  un término nuevo y a la vez nada fácil para el sujeto, puesto que se enfrenta con miedos, angustias, temores, obsesiones y con la visita de antiguos fantasmas. Pero, esta vez, afronta todo eso de otra manera, más clara y más objetiva, ya que tiene la oportunidad de ir separando cada situación, y a la vez de realizar una retrospección de todas sus actividades para generar conductas asertivas y poder liberar duelos. 

Al estar en cuarentena, continuamente interactuamos con las mismas personas, proceso que es complicado ya que existen influencias que son mutuas en el comportamiento de todos, y de las mismas surgen conductas erráticas, las cuales requieren de cambios de comportamiento para lograr equilibrio en las relaciones. Ahí es preciso crear nuevas rutinas, bien planificadas, organizadas y dirigidas para obtener resultados asertivos, y poder fortalecer de nuevas formas las relaciones. 

Cuando el sujeto logra y tiene la capacidad de analizar su propia vida, será capaz de sobrellevar su día a día como una situación de lucha constante para lograr vivir así .


Karen Susana Munckel Alcázar

Lic. en Ciencias de la Educación