Muy pocos suelen tomar en cuenta su historia, su pasado. Y quién se desliza sobre ella, es el propio sujeto; a la vez su historia es la que va marcando su camino y su propia vida. No es fácil entender el mundo del psicoanálisis.
Muy pocos suelen tomar en cuenta su historia, su pasado. Y quién se desliza sobre ella, es el propio sujeto; a la vez su historia es la que va marcando su camino y su propia vida.
No es fácil entender el mundo del psicoanálisis. Uno tiene que ser parte de él y estar dentro como un analizante. Allí, uno encuentra un espacio donde es escuchado, comprendido y aceptado. Por medio de tan solo una palabra, irá reestructurando a un YO desintegrado, para que así el sujeto, poco a poco, logre sobreponerse a fantasmas del pasado y sobrelleve una vida sin miedos ni angustias.
Si al analizante lo integran a un grupo de estudio con enfoque psicoanalítico, él, ya como estudiante, comenzará a conocer y a estudiar la formación que implica el desarrollo del psicoanálisis y, de alguna u otra manera, empezará a ver las cosas que antes lo angustiaban de forma objetiva. Esta transición es dura y compleja, ya que el sujeto se encuentra en una constante lucha interna, en procesos de duelo y melancolía, trabajando ideas, cerrando etapas y terminando ciclos que alguna vez lo atormentaron.
Hay momentos en la vida del sujeto que son inesperados, espacios en que ningún otro quiere sobreponerse sobre uno mismo; más bien es la vida quien se los da: un momento de pausa, un stop y un vivir en cuarentena.
Etapa justa y precisa donde uno puede poner sobre la mesa todo lo que le ha tocado vivir y prácticar lo que ha aprendido en su acercamiento al psicoanálisis.
“Vivir en cuarentena” es un término nuevo y a la vez nada fácil para el sujeto, puesto que se enfrenta con miedos, angustias, temores, obsesiones y con la visita de antiguos fantasmas. Pero, esta vez, afronta todo eso de otra manera, más clara y más objetiva, ya que tiene la oportunidad de ir separando cada situación, y a la vez de realizar una retrospección de todas sus actividades para generar conductas asertivas y poder liberar duelos.
Al estar en cuarentena, continuamente interactuamos con las mismas personas, proceso que es complicado ya que existen influencias que son mutuas en el comportamiento de todos, y de las mismas surgen conductas erráticas, las cuales requieren de cambios de comportamiento para lograr equilibrio en las relaciones. Ahí es preciso crear nuevas rutinas, bien planificadas, organizadas y dirigidas para obtener resultados asertivos, y poder fortalecer de nuevas formas las relaciones.
Cuando el sujeto logra y tiene la capacidad de analizar su propia vida, será capaz de sobrellevar su día a día como una situación de lucha constante para lograr vivir así .
Karen Susana Munckel Alcázar
Lic. en Ciencias de la Educación